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Mantener una piscina en óptimas condiciones no solo garantiza un agua limpia y cristalina, sino que también previene la proliferación de bacterias y algas que pueden afectar la salud de los bañistas.
Mantener una piscina en óptimas condiciones no solo garantiza un agua limpia y cristalina, sino que también previene la proliferación de bacterias y algas que pueden afectar la salud de los bañistas.
Se acerca Semana Santa y con ella la primera temporada de vacaciones oficial del año y el destino favorito de muchas familias es tierra caliente, donde el sol, la piscina y el buen ambiente crean momentos únicos para relajarse y tomar un respiro.
Identificar los síntomas, problemas o posibles causas nos ayudará a aplicar la solución adecuada y a poner en marcha el mantenimiento preventivo.
Esta ley se aplica a todas las piscinas de uso colectivo, ya sean públicas o privadas, con fines recreativos, deportivos, terapéuticos o de simple baño. Y mucha atención, también abarca todas las instalaciones anexas que le competen, como: vestuarios, sanitarios, lavamanos, duchas, trampolines, plataformas de salto, casa de máquinas, accesorios y áreas complementarias...
Ya hemos hablado que no hay nada mejor que una piscina cristalina y refrescante, pero ¿qué pasa cuando se ve clara y limpia y aún así irrita los ojos o la piel?