Cuidarte a ti es cuidar los espacios que habitas

¿Qué tal si resignificamos el concepto de cuidado personal? Claramente, siempre ha hecho referencia al aseo e higiene de nuestro cuerpo, desde la punta del pelo hasta el dedo gordo del pie. Pero en KipClin.com queremos darle una nueva dimensión: cuidado personal es también proteger los espacios que más habitamos.

Si lo lleváramos a un ambiente más macro, podríamos pensar en el hogar. ¿Y cuál es el espacio más personal de los hogares? Correcto: las habitaciones. Hablemos entonces de cómo podemos mantenerlas en orden.

Antes de empezar, expliquemos por qué es importante

Nuestra casa es nuestro refugio. Allí encontramos calma, tranquilidad y momentos únicos para desconectar con el mundo exterior. Qué bueno es cuando ese lugar seguro, además de seguro por la sensación que nos inspira, es también un santuario en el que construimos el ambiente que más nos gusta.

Es claro que cada hogar refleja una personalidad. La decoración y los muebles son los elementos más visibles y reconocibles, pero hay otros aspectos más imperceptibles, que tienen que ver con el aseo y el cuidado.

El templo del descanso (del verdadero descanso)

Las habitaciones se convierten en nuestras mejores amigas esos días en que estamos descansando en casa. Por eso es apenas normal que en ellas tengamos dispositivos electrónicos para acompañar las tardes de pereza y las noches de películas. Pero con un solo aparato es más que suficiente.

Cuando juntamos muchos dispositivos de este tipo, corremos el riesgo de deteriorar la calidad de nuestro sueño. Peor aún si nos dormimos viendo algo en el celular y queda al lado nuestro toda la noche.

La ventilación es fundamental

Si hablamos de espacios limpios, hablamos también de espacios en los que el aire circula adecuadamente de manera constante. Lo importante es que este se renueve diariamente para eliminar el que ya fue respirado y desechado por nuestro cuerpo.

Es válido dormir con las ventanas cerradas, pero entonces ábrelas al menos 10 minutos cuando te despiertes. Así, el ambiente se refrescará.

Las sábanas son un nido de ácaros

Por eso procura cambiarlas al menos una vez a la semana. Aun cuando tendamos la cama todas las mañanas, la ropa de cama acumula bacterias y gérmenes que atentan contra nuestra salud. Lo ideal es lavarlas con agua caliente y jabón antibacterial para eliminar cualquier rastro de microorganismos.

Seguimos creyendo que el orden, al igual que el ruido, también es visual

Otra excelente manera de darle higiene a nuestros espacios es recogiendo y ordenando. Tener un clóset revuelto, vasos sobre la mesa de noche, ropa encima del escritorio, o el computador en la cama, puede hacer que nos sintamos ahogados y que nuestra mente no se pueda despejar. Mantener cada cosa en su lugar es la recomendación perfecta para estos casos.

En este punto, hasta la decoración juega un papel preponderante. Cada elemento debe cumplir una función, y esa función es la de transmitirte paz, alegría y tranquilidad, mucho mejor.

Recapitulemos, entonces…

1. No salgas de tu habitación sin doblar las cobijas y sin tender la cama.
2. Mantén tu cama despejada.
3. Lava las sábanas y cobijas.
4. Deja solo lo necesario sobre tu mesa de noche y/o escritorio.
5. Renueva el aire de tu habitación.
6. Ordena tu armario.

¡Llevemos el autocuidado al siguiente nivel: cuidemos también nuestros espacios personales para sentirnos más cómodos y tranquilos! Que la salud mental sea nuestra prioridad. Si la limpieza, el aseo y la higiene, pueden ayudar, hagámoslo.